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Según el último censo realizado en 2009, 3.381 personas viven en las calles de la segunda ciudad más importante de Colombia. No obstante, las cifras no oficiales hablan de que son más de cinco mil. Instituciones dicen ofrecerles una vida digna, pero muchos toman la decisión de regresar, especialmente por las drogas.

 

Jorge Castaño, subintendente de la Policía de Turismo de Medellín, habla sobre la situación de los habitantes de la calle.

 

¿Cuál es la causa principal de la indigencia?

 

“La causa es el rápido acceso a sustancias narcóticas. La indigencia no es problema de pobreza, la indigencia es un problema a la no superación a cualquier tipo de drogas, hay familias completas creadas en un círculo de adicciones. Si esto es detectado por bienestar familiar ingresa ICBF (Instituto Colombiano De Bienestar Familiar)”.

 

¿Dónde viven y de qué viven?

 

“Por acción del gobierno se cerró varias casas abandonadas esto los llevó a regionalizarse (ubicarse), en el centro de la ciudad por el acceso rápido a las drogas: Plaza Botero, Plaza Minorista, Estación del metro Parque Berrío y la vía Regional aunque algunos pasan la noche en Centros de Atención al Habitante de la Calle”.

 

¿Qué hace la administración municipal con este tipo de población?

 

“A pesar de ser indigentes son protegidos por la ley y las organizaciones de derechos sociales como la Secretaría de Integración Social de la Alcaldía de Medellín o el Centro de Atención al Habitante de la Calle”.

 

¿Cómo afecta esta situación al turismo?

 

“Aunque muchas veces el turista no le de tanta importancia, para las personas que trabajan en las zonas mencionadas, las personas en situación de calle son una molestia por el desaseo y el consumo de drogas u otras sustancias. Es en esto en lo que el turista se fija al observar”.

 

 Sofía Enríquez

Estudiante de Periodismo

Primer semestre

 

Lo que piensa la gente

 

Sofía Pertuz pasa sus días en la Plaza Botero, uno de los lugares con mayor afluencia de habitantes de calle. Ella les ofrece consejos cuando se le acercan. Según ella, a pesar de que haya gente que quiere sacar a un familiar de las calles, éste es protegido por la ley, lo cual es visto como una “alcahuetería” del gobierno. “Los indigentes no son obligados a seguir algún tipo rehabilitación pero en ciertos lugares el gobierno les ofrece: alimento, baño, vestido. Ellos lo aceptan pero luego lo dejan para regresar a las calles en busca de adicciones”, cuenta. 

La indigencia no es solo pobreza

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